- Jue, 22 Dic 2022, 12:45
#787
Esta es una foto de hace un mes, fui a La Fageda del Jordà. Es un parque especial por ser unos de los pocos bosques de hayas en Europa, al pie de un volcán. Oficialmente es accesible y debido a mi diversidad funcional me dejaron entrar con el coche y aparcarlo dentro del parque. Luego tuve que andar por el bosque. La silla de ruedas que llevaba en el coche no está adaptada para el parque ni para subir la cuesta desde donde dejé el coche. Por eso me fui andando.
Con este artículo no pretendo to idealize disability, que traducido sería algo así como victimizar la discapacidad, para dar pena y cambiar las cosas. El lado legal se ha ganado; pero quiero enfatizar que mi diversidad funcional es una ventaja.
Estoy leyendo el libro: Being Heumann, an Unrepentant Memoir of a Disability Rights Activist, que son las memorias de Judith Heumann. Ella es una activista defensora de los derechos de las personas con diversidad funcional. Dice Heumann que fue rechazada por la sociedad que le dice lo que podía ser y hacer. La sociedad la discrimina y piensa que está enferma. Se siente diferente. Intenta humanizar lo que le sufre. Considera que su activismo no es individual sino comunitario. Lo que escribía Heumann ya en los años setenta me ha hecho pensar en la forma en que se puede utilizar la diversidad funcional hoy en día para beneficiar la sociedad e incluso cualquier negocio o empresa.
Pienso que ser pro-diversidad funcional es bueno para el negocio. Lo demuestra Google, los webwinars o los peladores de la cocina. Fueron pensados inicialmente para gente con diversidad funcional pero ahora todo el mundo los utiliza. Pensar en diversidad funcional ayuda a humanizar y no a industrializar o mecanizar la empresa. Por ejemplo, la diversidad funcional niega la parte más neoliberal del negocio. Rechaza por ejemplo la actual producción de comida que intenta abaratar costes. Humanizar es aceptar errores y tener lentitud. No es importante el resultado final. Lo importante es el proceso y lo que se aporta a la sociedad. Yo defiendo que el tercer sector —por ejemplo, fundaciones, ONG, incluso gobiernos— puede ser rentable y lucrativo.
La Fageda —en el Bosque de Hayas localizado en el parque— es una fábrica de yogurts que contrata a gente con discapacidad mental. La empresa es humana porque lucha contra la discriminación de personas con diversidad funcional. Es acorde a la convención internacional de derechos humanos. Esta empresa tiene mucho éxito no sólo porque mantiene el rol social de contratar a este tipo de personas, sino además por ser una empresa que hace un producto estupendo e innova en su organización. Su negocio es mejor por contratar a gente con diversidad funcional.
¿Qué hace La Fageda única? La Fageda es un negocio exitoso porque es más adaptable, flexible, híbrido y dinámico que otras alternativas. Es una empresa que es diferente porque su naturaleza es la diversidad funcional. Es adaptable porque es sensible a la estabilidad de la venta de sus productos. Su estrategia de mercado es temporal y se construye poco a poco. Es adaptable porque elimina automatismos y promueve la creatividad sobre nuevas situaciones. Es flexible porque acepta cambios en su intensidad. Crece, decrece y se crean conexiones con facilidad. Lo que importa son las conexiones tanto estructurales o funcionales. Se preserva la estructura del negocio, pero es flexible a las situaciones o funciones. Es híbrido porque combina varias maneras de hacer las cosas. La empresa es compleja, y crea con facilidad redes nuevas. La Fageda es una empresa humana porque es dinámica y acepta errores. Rechaza una manera única de hacer las cosas. Acepta la diversidad de las personas y de la empresa promoviendo la colaboración. No funciona con un dato, conexión, o red. Promulga la diversidad y el cambio. No maximiza la productividad. Rechaza la producción industrial de la comida.
La Fageda defiende que no se trata de adquirir derechos para personas con diversidad funcional. Lo que falta es que las personas con diversidad funcional tengan trabajo y poder, que colaboren activamente, y que lleguen a ser presidentes o jefes. Que no sean considerados como víctimas, sino que tengan autoridad. La Fageda representa esta diversidad. Se acepta así que las personas con diversidad funcional promueven el cambio social y económico. En definitiva, las personas con diversidad funcional pueden ser beneficiar a las empresas y ser más relevantes para el mundo.
Con este artículo no pretendo to idealize disability, que traducido sería algo así como victimizar la discapacidad, para dar pena y cambiar las cosas. El lado legal se ha ganado; pero quiero enfatizar que mi diversidad funcional es una ventaja.
Estoy leyendo el libro: Being Heumann, an Unrepentant Memoir of a Disability Rights Activist, que son las memorias de Judith Heumann. Ella es una activista defensora de los derechos de las personas con diversidad funcional. Dice Heumann que fue rechazada por la sociedad que le dice lo que podía ser y hacer. La sociedad la discrimina y piensa que está enferma. Se siente diferente. Intenta humanizar lo que le sufre. Considera que su activismo no es individual sino comunitario. Lo que escribía Heumann ya en los años setenta me ha hecho pensar en la forma en que se puede utilizar la diversidad funcional hoy en día para beneficiar la sociedad e incluso cualquier negocio o empresa.
Pienso que ser pro-diversidad funcional es bueno para el negocio. Lo demuestra Google, los webwinars o los peladores de la cocina. Fueron pensados inicialmente para gente con diversidad funcional pero ahora todo el mundo los utiliza. Pensar en diversidad funcional ayuda a humanizar y no a industrializar o mecanizar la empresa. Por ejemplo, la diversidad funcional niega la parte más neoliberal del negocio. Rechaza por ejemplo la actual producción de comida que intenta abaratar costes. Humanizar es aceptar errores y tener lentitud. No es importante el resultado final. Lo importante es el proceso y lo que se aporta a la sociedad. Yo defiendo que el tercer sector —por ejemplo, fundaciones, ONG, incluso gobiernos— puede ser rentable y lucrativo.
La Fageda —en el Bosque de Hayas localizado en el parque— es una fábrica de yogurts que contrata a gente con discapacidad mental. La empresa es humana porque lucha contra la discriminación de personas con diversidad funcional. Es acorde a la convención internacional de derechos humanos. Esta empresa tiene mucho éxito no sólo porque mantiene el rol social de contratar a este tipo de personas, sino además por ser una empresa que hace un producto estupendo e innova en su organización. Su negocio es mejor por contratar a gente con diversidad funcional.
¿Qué hace La Fageda única? La Fageda es un negocio exitoso porque es más adaptable, flexible, híbrido y dinámico que otras alternativas. Es una empresa que es diferente porque su naturaleza es la diversidad funcional. Es adaptable porque es sensible a la estabilidad de la venta de sus productos. Su estrategia de mercado es temporal y se construye poco a poco. Es adaptable porque elimina automatismos y promueve la creatividad sobre nuevas situaciones. Es flexible porque acepta cambios en su intensidad. Crece, decrece y se crean conexiones con facilidad. Lo que importa son las conexiones tanto estructurales o funcionales. Se preserva la estructura del negocio, pero es flexible a las situaciones o funciones. Es híbrido porque combina varias maneras de hacer las cosas. La empresa es compleja, y crea con facilidad redes nuevas. La Fageda es una empresa humana porque es dinámica y acepta errores. Rechaza una manera única de hacer las cosas. Acepta la diversidad de las personas y de la empresa promoviendo la colaboración. No funciona con un dato, conexión, o red. Promulga la diversidad y el cambio. No maximiza la productividad. Rechaza la producción industrial de la comida.
La Fageda defiende que no se trata de adquirir derechos para personas con diversidad funcional. Lo que falta es que las personas con diversidad funcional tengan trabajo y poder, que colaboren activamente, y que lleguen a ser presidentes o jefes. Que no sean considerados como víctimas, sino que tengan autoridad. La Fageda representa esta diversidad. Se acepta así que las personas con diversidad funcional promueven el cambio social y económico. En definitiva, las personas con diversidad funcional pueden ser beneficiar a las empresas y ser más relevantes para el mundo.