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José, 36 años

Hace 4 años, José tuvo una parada cardiorrespiratoria que le causó un daño cerebral. Como consecuencia, hoy tiene discapacidad visual, afectación en el equilibrio y problemas de movilidad en los brazos y las manos. También le ha cambiado el carácter y admite que ahora dice muchas cosas “sin pensarlas antes”, pero su discurso se torna optimista cuando recuerda el momento en que despertó, después de 15 días en coma inducido. “No veía, no caminaba, no hablaba; solo oía. Poco a poco recuperé esas cosas y salí caminando del hospital”, relata.

Salió del hospital y dejó de estar “protegido”, eso sí. La peor barrera con la que se enfrenta a diario, explica, es la actitud de la gente: “Recuerdo una vez que estaba sacando dinero de un cajero y como no veía bien tardaba más de lo habitual. Oí a alguien detrás diciendo: ‘Mira el tonto ese, qué lento va’”. Como no coordina bien todos los movimientos, la gente se cree que va borracho cuando le ven caminar, e incluso le han llegado a negar la entrada en discotecas por este motivo.

Por situaciones así, admite que cuando se encuentra ante personas desconocidas prefiere quedarse callado, pero al mismo tiempo lleva una vida muy activa: es voluntario cuidando animales, va al gimnasio, pasa tiempo con su mujer, colabora en una radio… “Si te quedas en casa, acabas no haciendo nada”, dice.

Marc Navarro BerenguelJosé, 36 años