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Marc, 24 años

Lo primero que invadió a Marc fue el pesimismo: “Ya puedes dejar de perseguir tu sueño porque: ¿quién necesita un actor en silla de ruedas?”. Afortunadamente, se equivocaba. Se apuntó a un curso de teatro inclusivo, dirigido a personas con y sin discapacidad, y gracias a ello conoció a Emili Corral, dramaturgo y director teatral que le ofreció un papel. “Y así pude subir a un escenario como actor profesional”, explica con orgullo.

Actualmente está trabajando como ayudante de dirección, y en un futuro le gustaría estudiar Dirección y Dramaturgia. “Tenemos que adoptar el papel de creadores”, argumenta. “No hace falta que el hecho de tener una discapacidad sea definitorio para el personaje. La naturaleza del teatro lo permite: de la misma forma que un escenario vacío con luz radiante y gente en bañador puede evocar una playa, una persona en silla de ruedas puede ser abogada o salvar el mundo”. Y por ese defiende la utilidad de entidades como la compañía Diversitat Teatral o la iniciativa Liant la Troca, que trabajan para dar visibilidad a actores y actrices con discapacidad.

Fuera del mundo laboral, le sorprende que a la gente le parezca “transgresora” la imagen de una persona en silla de ruedas en una discoteca: “Debería ser lo más normal del mundo, pero existe una idea preconcebida de que las personas con discapacidad se encierran en su casa”. ¿Cómo solucionarlo? “Precisamente saliendo de fiesta”, sonríe.

Marc Navarro BerenguelMarc, 24 años