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Maria, 29 años

Maria es una mujer muy alegre con las ideas muy claras: denuncia que la sociedad está pensada para una mayoría de personas que aparentemente –“es importante subrayar el ‘aparentemente’”– no tienen discapacidad. “En nosotros no se piensa porque somos una minoría, aunque un 10% de la población no es precisamente poco”, aclara. Es algo que intenta cambiar mediante las conferencias que realiza por toda España a través de la Fundación Adecco.

Maria, que tiene una discapacidad visual total, apunta que un acto tan sencillo como viajar en tren, que teóricamente debe facilitar el transporte a las personas que no pueden conducir, está repleto de barreras. “Es un obstáculo para todos: personas mayores, ciegas, las que se desplazan en sillas de ruedas… Yo voy con un perro, que no puede ir por las escaleras; muchas veces la megafonía no funciona; las puertas se cierran demasiado rápido o la distancia entre vagón y andén es excesiva”, enumera. Y la lista de inconvenientes se extiende a todo tipo de tareas que para muchos no entrañan ninguna dificultad: “No saber de qué color es cada contenedor, toparte con semáforos no señalizados…”.

En lo referente a las barreras sociales, también tiene mucho que contar. “Cuando las personas te ven vulnerable se creen con la potestad de hacer lo que quieran con tu cuerpo. Tocarte, cogerte… y cada uno tiene su espacio personal”, explica. Una situación parecida a la que vive con su perro: “Un perro guía está trabajando. Hay que preguntar siempre antes de tocarlo”, exclama. Y alude a la actitud incómoda, de desconocimiento, que percibe en algunas personas cuando se dan cuenta de su discapacidad. Su premisa es clara: “Antes que una discapacidad hay una persona. Mirad a la persona, no a la discapacidad”.

Marc Navarro BerenguelMaria, 29 años