Según el estudio de prevención, identificación y detección de situaciones de violencia hacia las mujeres y niñas con discapacidad, el 71% de mujeres con discapacidad se ha sentido discriminada por tener una discapacidad y ser mujer. La Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad (Cemudis) ha realizado un estudio con 1.080 entrevistas y ha revelado que:
- El 47% se ha sentido discriminada “alguna vez” en su vida; el 5% “de forma constante”, el 19% “con frecuencia” y solo el 20% afirma que “nunca” ha sido discriminada.
- El 54% de las mujeres se sintieron discriminadas en el ámbito educativo; un 59% en su entorno laboral y el 54,4% en espacios de ocio y tiempo libre.
- El 79% de las mujeres presentó alguna denuncia o queja por los motivos anteriores. El 20% lo hizo ante instituciones estatales, el 11% en instancias autonómicas, el 12% en administraciones locales, y el 20% se remitió a entidades de personas con discapacidad.
También se ha analizado la prevalencia de la violencia física, sexual, psicológica, obstétrica, económica y estructural, y el trabajo apunta que la prevalencia es mayor en todos los casos respecto a la población femenina en general y que aumenta según el tipo de discapacidad y el grado. En cuanto a los que ejercen dicha violencia, el estudio concluye que:
- El 26% de las víctimas de violencia física señalan a sus cuidadores/as; el 22% a sus parejas; el 20% a sus familiares; el 17% a personas desconocidas, y el 15% a profesionales sanitarios.
- Durante el embarazo, el 26% de las encuestadas afirmó haber sufrido violencia a manos de sus cuidadores, un 25% la experimentó a manos de su pareja y el 14% por parte de los profesionales sanitarios.
Por último, Laura Seara, exsecretaria de Estado de Igualdad y experta en consultoría de género, explicó que existe “una demanda unánime de más formación sobre discapacidad y violencia de género” entre los trabajadores sociosanitarios.
Los trabajadores sanitarios apuntan también que el poco tiempo disponible, la ausencia de espacios habilitados y la falta de personal de apoyo (intérpretes, asistentes…) dificultan la detección de casos de violencia de género en mujeres y niñas con discapacidad.
Fuente: Servimedia