Un estudio elaborado en el marco de los estudios de Ciencias de la Salud de la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) realizado por F. Xavier Medina, investigador principal del grupo Foodlab, Carmen Cipriano-Crespo, invitada de la Cátedra e investigadora de la Facultad de Castilla-La Mancha, y Lorenzo Mariano-Juárez, de la Universidad de Extremadura, han analizado cómo perciben la alimentación las personas con discapacidad que tienen dificultades para comer y el impacto en la pérdida de sociabilidad.
Para realizar el estudio, se analizaron los casos de 27 personas con discapacidad de entre 18 y 75 años, y los resultados están publicados en la “International Journal of Environmental Research and Public Health”.
La investigación destaca que comer es crucial y hacerlo en compañía de otros es importante para crear y mantener el sentido de la comunidad. En el caso de las personas con discapacidad, se concluyó que existen 4 grandes impactos sociales y emocionales derivados de la dificultad de comer en grupo:
- La soledad y guetización social, produciendo el aislamiento de las personas.
- El sentimiento de carga y vergüenza al comer en sociedad.
- La autoexclusión de la mesa, personas que deciden retirarse de estas situaciones ante el miedo a las reacciones de los demás.
- La distancia y percepción de la fealdad, por ejemplo, en casos que la persona requiere ser alimentada mediante sonda y manifiestan haber sentido un rechazo por parte de los demás.
La investigadora Carmen Cipriano-Crespo manifiesta que “estos estudios son necesarios para acercar esta situación a los profesionales sanitarios y tratar de buscar soluciones”.
Fuente: Servimedia